Hablemos de valores: RESPONSABILIDAD: CÓMO INCREMENTARLA

“Es que eso no me corresponde…”

“Ahí que lo chequen los del siguiente turno…”

“A mí ni me vean, no me pagan para hacer eso…”

“¿Por qué debo ayudar si yo no lo provoqué?…”

“Lamento que urja pero en 10 minutos termina mi horario…”

“Si a los demás no les importa, ¿por qué debería importarme a mí?…”

 

Es muy probable que al leer lo anterior, le hayas puesto nombre y apellido a alguna de estas frases tan terribles como irresponsables, identificando a una o varias personas en tu organización que sin disimulo sueltan frases que evidencian respuestas francamente irresponsables.

Por otro lado, pocos valores son tan apreciados como la RESPONSABILIDAD, ya que alrededor de ella encontramos otros valores que como dice la vox populi, “van junto con pegado”. Y sí: cuando estamos ante una persona a quien calificamos como responsable, estamos también con alguien que generalmente está comprometido, es solidario, se enfoca a resultados y trabaja en equipo, entre otros aspectos.

Tener colaboradores responsables, es oro molido, máxime cuando la intervención de los líderes para que así sea, no fuera determinante. Sin embargo no siempre es así y la organización y el liderazgo deben intervenir de manera clara para incrementar el valor de la responsabilidad en los colaboradores, pero… ¿cómo? He aquí 4 puntos:

 

1. CONSECUENCIAS POR INCUMPLIMIENTO

Cuando un colaborador comete un acto irresponsable, es muy común que el líder lo deje todo a “una jalada de orejas verbal” y nada más. Y si bien es importante tener un diálogo que fomente un análisis de lo que pasó, es vital que se tengan, conozcan y apliquen consecuencias claras y entendidas por ambas partes… ¡y que el líder lo aplique! Si se tienen consecuencias claras, la aplicación de las mismas debiera ser un hecho entre adultos que asumen su responsabilidad ante una irresponsabilidad.

 

2. DAR SEGUIMIENTO

Promover que cada colaborador se asegure que lo que hace/entrega cumple parámetros de tiempo y forma. Revisar las veces que sea necesario para asegurar el trabajo bien hecho.

 

3. PROMOVER CONDUCTAS ESPECÍFICAS

Aterrizar el valor de la RESPONSABILIDAD a las conductas específicas esperadas y que éstas las conozca todo el equipo: ser puntual, entregar según los parámetros de calidad esperados, dar seguimiento, aceptar y corregir errores, participar en soluciones de problemas (aun cuando no se haya participado en el problema), cumplir indicadores, conocer las expectativas de los clientes internos y externos, cuidar los recursos, etcétera. Si no lo aterrizamos en cuáles son las conductas esperadas y seguimos hablando de ser responsables, esto se quedará a nivel teórico, aspiracional y a que cada quien lo interprete a su manera.

 

4. DAR EL EJEMPLO

El ejemplo arrasa y nada como un líder que se conduce con responsabilidad, para que el resto del equipo imite dicha postura.

 

Por último, una reflexión: dejemos de hablar de personas responsables o irresponsables ya que los actos desviados de lo que se espera de nosotros, no condicionan el ser, solo marcan el tipo de acciones que se llevan a cabo. Así las cosas, no etiquetamos a nadie pero sí modificamos conductas.

 

Por: Mónica Huacuja

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