Si no se tiene a la innovación como parte de los valores organizacionales, sencillamente no se verá reflejado en la cultura. Y es que podemos ver a la innovación como algo accesorio o circunstancial y creemos que promovemos ser una empresa innovadora porque aprovechamos las crisis (como la actual pandemia), o porque brincamos de una a otra entre las metodologías o sistemas de trabajo más actuales, o porque exigimos a nuestros líderes ser promotores de la innovación.
Si bien todo lo anterior no solo es importante sino necesario, te invito a pensar si es suficiente para considerar que en tu organización se pueden jactar de ser una empresa innovadora. Insisto en que no son suficientes los esfuerzos aislados; considero indispensable que la innovación se vea, escuche y sienta en cada colaborador y en cada equipo de trabajo. ¿Cómo lo podemos lograr?
5 REGLAS PARA UNA CULTURA CON ADN DE INNOVACIÓN:
- No condenar el error. Si bien hay de errores a errores, no todos son graves o tienen un desenlace catastrófico. En cualquier caso, cuando se presenta un error y al momento de hacer un análisis del mismo, pueden abrirse puertas hacia interesantes zonas de innovación.
- Promover posturas que cuestionen. ¿Qué tal si aprovechamos más a esos colaboradores que se la pasan cuestionando TODO? Si bien en otras generaciones eran mal vistos, hoy se aceptan con nuestra postura de seamos tolerantes. Sin embargo, es momento de dar un paso más y aprovechar en todo lo que valen siendo un referente para el equipo ese constante “¿Por qué… ¿Para qué?… ¿Y si…?”
- Verse diferentes al resto del mercado. Es importante no perder de vista el mercado al que vamos dirigidos, sus tendencias, aplicar la inteligencia de negocios, resolver problemas que los clientes no ven.
- Tener programas que alienten la innovación. Aquí los líderes tienen mucho por aportar si es que en los sistemas de trabajo con sus respectivos equipos, tienen a la innovación no como algo deseable sino obligatorio.
- Subir a todos al barco de la creatividad. La innovación como proceso constante en la empresa no debiera acotarse unicamente a las áreas de desarrollo o de marketing, o de gestión del cambio, ya que cada quien es responsable de innovar en su puesto o área de trabajo. Aun así, hay personas con un estilo de pensamiento estructurado a quienes puede dificultárseles el tema de la creatividad. No obstante, aquí el líder puede ser crucial para no deslindarlos de pensar fuera de la caja, animándolos en cambio a pensar con esquemas distintos que los lleven a crear nuevas ideas.
Para concluir: No podemos soñar con ser disruptivos, si no tenemos a la innovación como parte de la cultura.
Por: Mónica Huacuja