¿Por qué nos cuesta tanto desconectarnos en las vacaciones?

La vida discurre así. Vives pensando en el fin de semana y en la siguientes vacaciones. Sientes una euforia irrefrenable los días antes de cerrar por fin la computadora y dejar tu silla vacía (esa que va cogiendo temperatura por segundos). Y por fin llega el día, dices adiós y hasta pronto a tus compañeros y jefes. Un “¡oh, sí!” se adueña de ti en esos breves instantes de felicidad extrema.

 

La vida es para ti y las vacaciones también.

 

Pero, ¿qué pasa después? Hay personas a quienes las vacaciones no les sientan demasiado bien pese a todos sus beneficios. De repente, afloran ansiedades y estrés contenido.

 

Aunque las vacaciones sean sinónimo de descanso y disfrute, no siempre es así. Muchos necesitan dos tandas de vacaciones para conseguir descansar y desconectar. Porque sí, la desconexión digital es un problema que nos acecha también fuera del horario laboral.

 

Si has sentido alguna vez que a pesar de tener ya vacaciones no dejas el modo trabajo de lado, es normal (o más habitual de lo que debería). El estudio realizado por Expedia ‘Vacation Deprivation’ donde se encuestó a más de 11,000 personas de 19 países durante septiembre de 2018, habla concretamente sobre esto.

 

Los resultados dicen que personas de países como México, Brasil, España, Japón, Alemania y Francia, tardamos en promedio unos 2 ó 3 días en relajarnos.

 

¿Por qué tardamos tanto? Quizá la razón esté en que un 38% de los encuestados trabaje durante sus vacaciones, mientras que un 70% revise los emails y un 50% se sienta muy estresado después de hacerlo.

 

Un análisis de la empresa Ranstad en 2017 también arrojaba datos sobre la dificultad que existe hoy en día para relajarse en vacaciones y hacía presagiar lo que vendría los años posteriores. Uno de cada tres trabajadores no conseguía desconectar, y les costaba especialmente a los de 25 años. Un 38.6% decía no poder olvidarse del trabajo en sus días festivos.

 

Francia, por ejemplo, aprobó en 2017 una ley que protegía al trabajador de la intrusión digital para conseguir que pudiera desconectar durante sus vacaciones y también fuera del horario laboral.

 

 

LA DESCONEXIÓN DIGITAL, ¿IMPOSIBLE?

 

En la era digital es difícil no encontrar a algún trabajador que no reciba emails o llamadas de trabajo en su periodo de descanso y al que no le cueste desconectar tras tomar sus vacaciones. “En vacaciones que es cuando hay que restablecer el equilibrio mental, emocional y hay que cambiar de rutinas para funcionar y actuar fluyendo sin imposiciones y libres de obligaciones, a algunas personas les cuesta adaptarse y descansar. Esto les puede generar más estrés e incluso el síndrome prevacacional”, señala Juan Cruz González , psicólogo clínico y consultor especialista en el tema.

 

¿Por qué nos cuesta desconectar y descansar en las vacaciones? El psicólogo tiene varias razones para explicarlo.

 

“Para afrontar el día a día y el desgaste cotidiano que se produce, el organismo eleva los niveles de adrenalina y cortisol, conocido también como la hormona de estrés. Pero cuando esta situación se mantiene en el tiempo, pueden elevarse tanto estos niveles hormonales, que se rompe el equilibrio y hace que algunas personas, durante los períodos de descanso, ya sean fines de semana o vacaciones, no puedan parar ni físicamente aunque quieran”.

 

También puede ser debido a una causa mental, pues existen dificultades para parar y querer dejarlo todo resuelto, desconectarse de las nuevas tecnologías y equilibrar su uso… Pero tampoco podemos olvidar las causas emocionales y sociales que consiguen ponerlo aún más complicado.

 

“El excesivo control, preocupaciones y temores nos llevan a estar más preocupados en un futuro incierto que disfrutar ocupados en el presente. A nivel cultural se ha aprendido a sobrevalorar el trabajo, a definir lo que somos por lo que hacemos, y no está bien visto permitimos tener tiempo para hacer nada y dejarnos fluir”, añade el psicólogo.

 

 

LO QUE NO HACEMOS BIEN

 

Debemos desconectar en vacaciones, pero no nos culpemos por no conseguirlo. Un primer paso para conseguirlo es intentar sentirnos más realizados fuera de la vida laboral, la primera determinación para conseguirlo es vivir mucho más el presente.

 

Estamos constantemente soñando con el fin de semana y las vacaciones sin pensar en que es posible disfrutar de nuestro día a día encontrando ratos en los que podamos sosegar y ser libres.

 

“Cada vez hay más tendencia a esperar las vacaciones o momentos de descanso. Es necesario un cambio de consciencia y actitud para desarrollar nuevas rutinas. Tenemos la capacidad de hacerlo desde la neuroplasticidad cerebral, practicarlo e incorporarlo en momentos diarios para vivir con mayor equilibrio”, señala Juan Cruz.

 

Pero, ¿cómo?

 

DESCANSAR DESDE EL MINUTO UNO

 

Nuestro cerebro se puede entrenar y crear cambios pero necesitamos hacerlo como los deportistas, ir fortaleciéndolo con preparación previa con unos minutos cada día. He aquí algunos consejos:

 

  1. Dejar con tiempo todo planificado en el trabajo.

 

  1. Aceptar que es una situación de cambio de rutinas en la alimentación, sueño y actividades.

 

  1. Ir sin grandes expectativas y confiando en la capacidad de aprender y adaptarse.

 

  1. Tener actitud de flexibilidad frente a imprevistos o cambios.

 

  1. Adoptar una actitud de pensamiento positivo y optimismo emocionalmente inteligente.

 

  1. Permitirse disfrutar el momento, agradecerlo y aprender a trasladarlo en nuestro día a día.

 

  1. Desconectar “literalmente” durante periodos determinados, sobre todo apagando dispositivos.

 

  1. Emprender actividades relajantes en contacto con la naturaleza, ya sea en el viaje o previamente.

 

 

Fuente: https://www.traveler.es/viajeros/articulos/porque-no-podemos-desconectar-en-vacaciones/14275

 

 

 

 

 

 

 

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